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jueves, 20 de septiembre de 2012



No necesitas prueba de amor. Puedes haberte  la vida entera buscando pruebas de amor. No busques pruebas, amado.
El amor no tiene que ser una prueba. No debe ser sino lo que es. El amor mismo no muere, pero el amor eterno que tú buscas no se encuentra buscando pruebas de él, ni siquiera buscándolo a él.
Es mejor buscar amor para dar. Es mejor apartar tu mente de la búsqueda de amor. Prepárate para amar en cada vuelta, y no busques que te devuelvan amor. Es suficiente con dar, amado.
Es algo cómico, pero cuanto más buscas al amor, más se te escapa.

El amor sólo puede ser un regalo. No puede ser algo que tú capturas. Si fuera capturado, no te podrías aferrar a él. El amor debe ser liberado para que él se pose donde desee. No puedes comprometer a otro para que ame. Una persona se puede comprometer a sí misma, y así el amor vuela libre. Incluso cuando el amor parece haber volado, aún puedes enviar corrientes de amor.

No necesitas prueba de amor, y cuando la pides, incluso en silencio, te vuelves como un pulpo que se aferraría pase lo que pase. No te aferres al amor porque el amor no se puede atrapar. Sólo puede ser liberado. No se puede gobernar sobre él.

Nadie está obligado a amarte, y nada te obliga a ser amado por otro, ni debes tener evidencia de que se te da amor.

Tan pronto como comienzas a tratar de poner a prueba al amor, éste salta. Eso es porque, al pedir una prueba de amor, le pones una llave al cuello al amor. El amor, sobre todo, debe ser libre tanto para partir como para quedarse.
¿Quién eres tú para saber si el amor se debe quedar? ¿Quién eres para saber si el amor luce de cierta manera? No puedes ni exigir ni pedir amor. Todo lo que puedes hacer, amado, es dar amor.
No importa el amor en el corazón de los demás. Preocúpate por el amor en el tuyo.

No debes agarrar al amor, ni asirlo, ni sostenerlo con fuerza. Sé receptivo, pero no sientas que debes poseerlo. El concepto de tener que poseer te genera problemas. Previene al mismísimo amor que tanto ansias.

Libérate hoy. No tienes que sentirte amado. Deja que Mi amor sea suficiente. Luego abrirás todas las rutas para que el amor aparezca. El momento en que no requieras de amor, te declararás abierto a él. Antes que eso, estabas abierto a la posesión del amor. Decías que el amor es un juego justo.

Verdaderamente, amado, no hay estación de caza para el amor. Deja a un lado ese arco y esas flechas.

Deja que tu corazón se sorprenda con su propio amor y que lo dé libremente. Mientras des amor libremente serás más capaz de aceptar al amor libremente. Ten en cuenta que no debes tener amor en el mundo. No dependes de ello. Si dependes de ello, te vuelves un esclavo de él, o un ladrón de él.
Deshazte de tu necesidad de amor, y ábrele la puerta. La libertad es el corazón del amor. Nadie debe amarte. No tienes que ser amado. Eso es libertad. Eso te deja libre para amar sin cláusulas que lo demarquen. El amor es demasiado maravilloso como para ser rasguñado.

Sólo deja que el amor sea. Déjalo ser tal cual es.

No te estoy pidiendo que te conformes con poco. Te pido que estés abierto al amor ilimitado en el mundo. Este amor es más grande que los pequeños trocitos de amor que has estrujado y sobre los cuales has insistido.
Libera los límites del amor en tu corazón. 
Desata al amor.
 Libéralo.

 Traducido por: Cecilia Ricardini

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Gloria Wendroff

2 comentarios:

  1. Isabel Muy reflexiva esta entrada
    es un placer pasar por su blog.
    Saludos desde Abstracción texto y Reflexión

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  2. Hola Jose Ramon,Gracias por la visita,y por tus palabras. vuelve cuando gustes....
    Un abrazo
    Isabel

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